domingo, 11 de junio de 2006

Dresscode

Claudia Rosa Lukas
El hábito no hace al monje, pero ayuda a definirlo. La forma de vestir es un reflejo de nuestra forma de ser y de vivir. También puede tener una fuerte influencia en nuestra vida sexual, no hay más que recordar uniformes fetiche como el de enfermera o el de bombero, el erotismo de las prendas íntimas o ropa que es fetiche en sí misma, como los zapatos de tacón.

Una forma en el que el modo de vestir y el BDSM se encuentran es en las órdenes que algunos Amos dan a sus sumisas respecto a su vestuario. Casos típicos son la prohibición de usar pantalón (y ponerse sólo faldas), obligar a usar o prohibir el uso de ciertas prendas íntimas como el liguero o las bragas. También incluiría la obligación de permanecer desnuda o semidesnuda en determinadas circunstancias.
Una parte importante de la sumisión se basa en la cesión al Amo del control sobre algunos aspectos de la vida, entre ellos muchas veces el control del vestuario. De esa manera nuestra sumisa se convierte en una muñeca tamaño real con la que podemos jugar a los vestiditos y adornarla de la forma en que nos resulte más agradable.
Mi único consejo es que no dejéis de experimentar con nuevas prendas, tejidos, texturas y situaciones.

Imagen by Michael Duerr

1 comentario:

S (ese) dijo...

Para mi,el vestir y el andar en una mujer me son determinantes.